Las fases de la pisada son 3 y se dividen en la fase de contacto que es el momento en el que el talón toca el suelo, en la fase de apoyo donde el pie prona y absorbe la respuesta vertical que le da el suelo, acumulando energía cinética y preparándolo así para la fase final de propulsión permitiendo caminar.
Los movimientos del pie se dividen en pronación (relajación) y supinación (rigidez); La articulación que permite estos movimientos se llama articulación subastragalina, compuesta por el astrágalo y el calcáneo.
Descubramos todo lo que hay que saber sobre el movimiento de pronación del pie: síntomas de pronación dolorosa, causas y cómo es posible corregir la pronación del pie.
¿Qué es la pronación del pie?
La pronación es un movimiento fisiológico normal del pie en la fase de apoyo intermedio, donde el pie, gracias al movimiento congruente de la articulación subastragalina, se medializa, o mejor dicho, se produce un descenso de la bóveda longitudinal o bóveda interna; el talón tiende a rotar hacia afuera (valgo); Un tiempo de pronación excesivo puede llegar a ser patológico, dando lugar a desequilibrios en el propio pie o incluso en estructuras suprasegmentarias como rodillas, caderas y columna lumbar.
Causas y síntomas:
Entre las causas de pronación las dividiremos en causas no modificables como antecedentes familiares, anomalías musculares congénitas, alteraciones óseas y causas modificables como el uso de calzado inadecuado, sedentarismo, obesidad, traumatismos.
Los síntomas más comunes pueden ser sensación de pesadez en los miembros inferiores debido a la reducción de la actividad muscular de los músculos del miembro inferior, dolor debajo de la planta del pie (dolor de talón, fascitis, metatarsalgia), a nivel de las rodillas, especialmente a nivel de la superficie interna de la rodilla debido al estrés continuo en valgo; si no se trata puede desencadenar patologías como hallux valgus, patologías que afectan al tendón de Aquiles por alineación incorrecta entre el propio tendón y la parte de inserción en el tubérculo posterior del talón, lumbago, pubalgia.
Tratamiento
Después de una evaluación biomecánica precisa de la marcha y la articulación de los miembros inferiores, el tratamiento es mayoritariamente conservador mediante el uso de plantillas ortopédicas y fisioterapia que tiene la función de reducir tanto los síntomas dolorosos como de que el paciente realice ejercicios específicos como caminar descalzo sobre superficies inestables, ejercicios de propiocepción, fortalecimiento muscular de los músculos de las piernas y del pie.
En los casos más graves donde el tratamiento conservador ha fracasado y persisten los síntomas dolorosos, se realiza tratamiento quirúrgico.
Ortesis de pie
La plantilla estará compuesta por
A. Cuñas en la parte posterior del pie que guían el paso, evitando la pronación excesiva.
B. Bóveda elástica que acompaña el despliegue del paso, sujetando y evitando que la bóveda se colapse.
B. Inserciones amortiguadoras en el talón
Los beneficios:
- reducir la tensión en la columna vertebral ;
- reducir la tensión en las caderas;
- reducir la carga en las rodillas ;
- reducir el dolor muscular;
- preservar las articulaciones;
- evitar la fascitis plantar o el dolor en el talón resultante de un apoyo incorrecto;
- mejorar el rendimiento deportivo y la postura corporal en general;
- mejorar el equilibrio;
- reducir lesiones
